La oculoplastia es una subespecialidad de la oftalmología que se enfoca en las enfermedades y tratamientos de los párpados, las vías lagrimales y la órbita ocular. Incluye procedimientos tanto funcionales como estéticos, como la corrección de párpados caídos (ptosis), la reconstrucción de los párpados y el tratamiento de tumores oculares. Los tratamientos oculoplásticos no solo mejoran la apariencia, sino que también pueden corregir problemas que afectan la visión o la salud ocular. Por ejemplo, la blefaroplastia puede aliviar la presión sobre los ojos causada por párpados pesados, mientras que la reparación de las vías lagrimales resuelve problemas de lagrimeo constante. Este campo combina tanto habilidades quirúrgicas como estéticas, ofreciendo soluciones a pacientes que buscan mejorar tanto la función como la apariencia de sus ojos.
Un paciente con baja visión es aquel en el cual se han agotado todas las opciones de tratamiento posible y aun así padece de una baja visión de manera irreversible. Hay diferentes grados de baja visión, pero según datos de la organización mundial de la salud OMS La baja visión se presenta en una agudeza visual de 20/200 0 peor y un campo visual inferior a 20 grados. El campo visual es la sección de la realidad que capta el ojo cada vez que hace una panorámica de su entorno. La amplitud del campo visual humano abarca más o menos 180º. Si el campo visual es inferior a 20º se considera que la persona tiene baja visión. 
una condición en la que la capacidad visual de una persona es limitada incluso con el uso de lentes, cirugía o tratamientos médicos. Las causas pueden incluir enfermedades como la degeneración macular, retinopatía diabética o glaucoma avanzado. Aunque la baja visión no puede corregirse completamente, existen dispositivos y técnicas de rehabilitación visual que pueden ayudar a mejorar la funcionalidad. Los pacientes con baja visión pueden beneficiarse de ayudas ópticas como lupas, lentes especiales o dispositivos electrónicos que amplifican las imágenes. Además, la terapia ocupacional y el entrenamiento en técnicas de adaptación son fundamentales para mejorar la calidad de vida de quienes sufren esta condición. Es importante que los pacientes con baja visión reciban un seguimiento continuo por parte de un especialista en oftalmología y baja visión para maximizar el uso de su visión residual. 7 La discapacidad visual supone una enorme carga económica mundial, ya que se estima que la pérdida anual de productividad que acarrea asciende a unos US$ 411 000 millones en todo el mundo en paridad de poder adquisitivo. Esta cifra supera con creces el déficit en costos que supondría atender las necesidades no satisfechas en materia de discapacidad visual (estimado en unos US$ 25 000 millones).
La neuroftalmología se enfoca en las enfermedades que afectan el nervio óptico y las vías visuales del cerebro. Entre las patologías más comunes se encuentran la neuritis óptica, el edema de papila y los tumores cerebrales que comprometen la visión. Estas condiciones suelen manifestarse con pérdida súbita de visión, visión doble o dolor ocular. Las lesiones cerebrales que afectan la visión como tumores y pseudotumores tiene consecuencias graves, no solo para la visión, sino para la vida del paciente. Un paciente con pérdida de visión repentina, y vómitos en proyectil debe de acudir de emergencia a un centro se salud. El diagnóstico de estas patologías requiere un enfoque multidisciplinario, incluyendo estudios de imagen como la resonancia magnética y pruebas visuales especializadas. El tratamiento varía según la causa, pero puede incluir medicamentos, cirugía o terapias para controlar la enfermedad subyacente
La córnea es la estructura transparente que cubre el ojo y juega un papel crucial en el enfoque de la luz. Las enfermedades corneales, como el queratocono, las infecciones o 5 lesiones en la córnea, pueden afectar la claridad de la visión. El queratocono es una afección hereditaria, estos pacientes tiene antecedentes de alergias ocular y frecuentemente se rascan los ojos, esta enfermedad causa el adelgazamiento y deformación de la córnea, provocando visión distorsionada. Las patologías corneales suelen tratarse con lentes de contacto especiales, medicamentos o, en casos graves, con procedimientos como el cross Linking, cirugías como la colocación de anillos intracorneales INTACS, Transplantes de endotelio, o trasplante de córnea, según la severidad de cada caso. Es fundamental que cualquier síntoma, como visión borrosa o dolor en el ojo, sea evaluado rápidamente por un oftalmólogo para evitar daños permanentes. La salud de la córnea es vital para mantener una visión clara, por lo que se recomienda proteger los ojos de lesiones y seguir las indicaciones del especialista en caso de afecciones.
La retina es la capa más interna del ojo y es responsable de captar las imágenes que vemos, mientras que el vítreo es el gel transparente que rellena el ojo y mantiene su forma. Las enfermedades de la retina y el vítreo, como el desprendimiento de retina, la retinopatía diabética y los agujeros maculares, pueden comprometer gravemente la visión si no se tratan a tiempo. El desprendimiento de retina, por ejemplo, es una condición grave que requiere cirugía inmediata para evitar la ceguera. La retinopatía diabética, una complicación de la diabetes, daña los vasos sanguíneos de la retina y puede causar ceguera si no se controla adecuadamente. El manejo de estas patologías suele incluir tratamientos con láser, inyecciones intraoculares o cirugía, según el tipo y la gravedad de la enfermedad. Estos tratamientos son realizados por un oftalmólogo especialista en retina y vítreo. actividades como la lectura y el reconocimiento de rostros. Tienen más probabilidades de sufrir de esta enfermedad aquellas personas que han sido fumadores activos y pasivos. Las patologías del segmento posterior suelen requerir tratamientos especializados, que pueden incluir cirugía láser, inyecciones intraoculares o tratamientos médicos específicos para controlar la progresión de la enfermedad. Estos tratamientos son realizados por un oftalmólogo especialista en retina y vítreo.
El segmento posterior del ojo abarca el vítreo, la retina y el nervio óptico, estructuras responsables de la recepción y transmisión de imágenes al cerebro. Patologías como el desprendimiento de retina, degeneración macular y retinopatía diabética afectan esta área, causando pérdida de visión progresiva si no se tratan adecuadamente. El desprendimiento de retina es una emergencia médica que ocurre cuando la retina se separa de su posición normal, lo que puede llevar a la ceguera si no se interviene rápidamente. La degeneración macular, por otro lado, es una afección común en personas mayores y afecta la visión central, dificultando actividades como la lectura y el reconocimiento de rostros. Tienen más probabilidades de sufrir de esta enfermedad aquellas personas que han sido fumadores activos y pasivos. Las patologías del segmento posterior suelen requerir tratamientos especializados, que pueden incluir cirugía láser, inyecciones intraoculares o tratamientos médicos específicos para controlar la progresión de la enfermedad. Estos tratamientos son realizados por un oftalmólogo especialista en retina y vítreo.
El segmento anterior del ojo comprende estructuras clave como la córnea, el iris, el cristalino y la cámara anterior. Patologías en esta área incluyen queratitis (inflamación de la córnea), cataratas (opacidad del cristalino) y el glaucoma (aumento de la presión intraocular). El segmento anterior es esencial para la entrada y enfoque de la luz, por lo que cualquier alteración puede afectar gravemente la visión. Según datos oficiales de la agencia internacional para la prevención de la ceguera (IAPB, con sus siglas en ingles), 100 millones de personas a nivel mundial padecen de pérdida de visión debido a cataratas. De estas, 17 millones están ciegos y 83 experimentas impedimentos visuales. Para estas personas su visión puede ser restaurada mediante una cirugía de catarata. Los niveles de ceguera debido a cataratas con más altos en mujeres (1.7 %), que en hombres 1.4 %. La prevalencia de ceguera en República Dominicana en personas de 50 años o mayores es de 1.91%. Un 64% de las causas de ceguera es debido a cataratas, seguido de un 15% debido a Glaucoma. La catarata, una de las afecciones más comunes del segmento anterior, es tratable mediante cirugía. Constituye la prinEste procedimiento consiste en reemplazar el cristalino opacificado con una lente intraocular que devuelve la claridad visual. El glaucoma, por su parte, requiere tratamientos que van desde medicamentos hasta cirugía para controlar la presión dentro del ojo y evitar daños en el nervio óptico. Un diagnóstico y tratamiento tempranos son esenciales para mantener la salud del segmento anterior y prevenir complicaciones graves que puedan comprometer la visión a largo plazo. BIBLIOGRAFIA 1. Dr. Juan Batlle y colaboradores. Republica Dominicana, Diabetes y Ceguera. Resultados de una encuesta nacional, febrero-marzo 1995. 2. Encuesta Nacional de Ciegos, RAAB 2008. Dr. Juan Batlle, Dra. Rachel Alburquerque, Dra. Evelyn Díaz. Comité Nacional para la Prevención de la Ceguera. 3. https://www.iapb.org/learn/vision-atlas/causes-of-vision-loss/ 3 4. Mathenge W, Kuper H, Limburg H, Polack S et al. Rapid Assessment of Avoidable Blindness in Nakuru District, Kenya. Ophthalmol. 2007 Mar; 114 (3): 599-605.
Las patologías oftalmológicas en la infancia son variadas y requieren una detección temprana para garantizar un desarrollo visual saludable. Entre las más comunes se encuentran la ambliopía, cual es comúnmente conocida como ojo vago la, los trastornos de la motilidad ocular, como el estrabismo, o ojos torcidos o bizcos como se conocen y los errores refractivos, como la miopía y el astigmatismo, entre otros. Es crucial que los padres lleven a sus hijos a exámenes regulares desde una edad temprana para prevenir problemas visuales a largo plazo. La ambliopía, conocida como «ojo vago», ocurre cuando uno de los ojos no desarrolla una visión adecuada durante la infancia. Si no se trata, puede causar una pérdida de visión permanente en el ojo afectado. Por otro lado, el estrabismo se refiere a la desalineación de los ojos, lo que puede causar visión doble o dificultad para enfocar correctamente. Los tratamientos para patologías oftalmológicas pediátricas incluyen gafas correctivas, parches oculares, terapia visual y, en algunos casos, cirugía. La intervención temprana es clave para mejorar la visión y evitar complicaciones en la adultez. Este tratamiento debe de ser indicado y seguido de manera muy cerca por un oftalmólogo pediátrico, especialista en estrabismo.
El desprendimiento de la retina es una emergencia médica que ocurre cuando la retina, la capa de tejido sensible a la luz en la parte posterior del ojo, se separa de su posición normal. Esta condición puede llevar a la pérdida de visión permanente si no se trata de manera inmediata. El desprendimiento de retina puede ser causado por una variedad de factores, incluyendo desgarros o agujeros en la retina, tracción vítrea, o condiciones subyacentes como la miopía alta, traumatismos oculares, o complicaciones de la diabetes.
Los síntomas de un desprendimiento de retina pueden incluir la aparición repentina de destellos de luz, un aumento en la cantidad de «moscas volantes» (pequeñas manchas o hilos que flotan en el campo visual), o una sombra oscura en la visión periférica que se va extendiendo. Ante cualquiera de estos síntomas, es crucial buscar atención oftalmológica inmediata. El tratamiento temprano es esencial para evitar la pérdida de visión, y las opciones de tratamiento incluyen procedimientos como la fotocoagulación con láser, la retinopexia neumática, o la vitrectomía, dependiendo de la severidad y la causa del desprendimiento.
La recuperación tras el tratamiento de un desprendimiento de retina puede variar dependiendo del tipo de procedimiento realizado y del grado de desprendimiento. Es fundamental seguir las indicaciones médicas durante el periodo postoperatorio, que puede incluir reposo ocular y evitar actividades que puedan aumentar la presión ocular. La mayoría de los pacientes experimentan una mejora significativa en su visión, aunque en algunos casos, puede ser necesario un segundo procedimiento para asegurar la correcta reaplicación de la retina. La vigilancia continua es clave para detectar y tratar posibles complicaciones futuras.
La cirugía de catarata es uno de los procedimientos más comunes y seguros en oftalmología. Las cataratas se desarrollan cuando el cristalino, el lente natural del ojo, se opacifica, causando una disminución progresiva de la visión. Este proceso puede estar relacionado con el envejecimiento, pero también puede ser causado por factores como la diabetes, el uso prolongado de esteroides, o incluso lesiones oculares. Existe también una catarata con la que se nace y esa es la catarata congénita, la cual es más común en hijos de madres con infecciones prenatales o historia de prematuridad. Debido a esto, es muy importante un examen a todos los recién nacidos en especial a los prematuros.
A medida que la catarata avanza, las actividades cotidianas como leer, conducir, o ver la televisión se vuelven más difíciles, afectando significativamente la calidad de vida.
El procedimiento quirúrgico para tratar las cataratas consiste en la extracción del cristalino opacificado y su sustitución por una lente intraocular (LIO) artificial.
Esta lente no solo devuelve la claridad a la visión, sino que también puede corregir errores refractivos como la miopía o la hipermetropía, lo que reduce o elimina la necesidad de gafas después de la cirugía. El defecto refractivo final va a depender del tipo de lente intraocular que le sea colocado, existe varias opciones disponibles y cada opción tiene un costo e indicaciones diferentes, tales como, lentes monofocales (los que son generalmente cubiertos por las ARS), multifocales y tóricas, que se eligen en función de las necesidades visuales del paciente. Consulte a su doctor para más información.
La recuperación tras la cirugía de cataratas es generalmente rápida. La mayoría de los pacientes experimentan una mejora notable en su visión dentro de los primeros días posteriores al procedimiento. Aunque en la mayoría de los casos la cirugía es ambulatoria y se realiza bajo anestesia local, es fundamental seguir las indicaciones del oftalmólogo durante el periodo postoperatorio para asegurar una recuperación exitosa. Es normal experimentar cierta irritación o sensibilidad a la luz en los primeros días, pero estos síntomas suelen desaparecer rápidamente. En algunos pacientes como niños, con alguna discapacidad o pacientes especiales, será requerida el uso de anestesia general.
